Para muchos hogares, la deuda generalmente consiste en hipotecas, tarjetas de crédito y préstamos estudiantiles, entre otros. Cada familia e individuo tiene diversos grados de obligaciones de deuda.
Algunos pueden tener muy poco que devolver en préstamos estudiantiles, mientras que otros pueden tener cientos de miles de pesos que adeudar después de obtener una maestría, por ejemplo.
Deuda buena VS deuda mala
La deuda buena se ejemplifica en el viejo refrán "para hacer dinero se necesita dinero".
Si la deuda que asumes te ayuda a generar ingresos y aumentar tu patrimonio neto, eso puede considerarse positivo.
Hay algunas cosas notables por las que vale la pena endeudarse como lo son:
- Préstamos para estudios.
- Creación de negocio.
- Bienes raíces, incluida la propiedad de vivienda.
Si bien una deuda buena tiene el potencial de aumentar el patrimonio neto de una persona, generalmente se considera una deuda mala si estás pidiendo prestado dinero para comprar activos que se deprecian.
En otras palabras, si no aumenta su valor ni genera ingresos, no deberías endeudarte para comprarlo.
Algunos elementos particularmente notables relacionados con la deuda mala incluyen:
- Compra de carros.
- Ropa, consumibles, otros bienes y servicios.
- Tarjetas de crédito.
Las hipotecas son ejemplos de buenas deudas
Normalmente, podrías pensar que asumir cualquier deuda es algo malo, pero la verdad es que no es así.
Pocos tipos de deuda se consideran tan beneficiosos como la deuda hipotecaria.
Esta es una buena noticia para los futuros compradores de vivienda que están preocupados por asumir una deuda.
Este es un tipo de deuda que cumple con todas las definiciones de lo que los profesionales financieros y los prestamistas hipotecarios denominan "deuda buena".
Ya que, asumir una deuda manejable para financiar la compra de un activo que probablemente se revalorizará cada año es sin lugar a duda algo bueno.
Cuando la mayoría de la gente compra una casa, la usa todo el tiempo y esto ya es una ganancia, además esperan que su valor aumente con el paso de los años.
Las hipotecas tienen tasas de interés bajas en comparación con las tarjetas de crédito, otra razón por la que son un ejemplo de deuda buena.
También puedes aprovechar la plusvalía que acumula una vivienda a lo largo del tiempo, solicitando créditos de liquidez con garantía inmobiliaria.
Ese crédito podrías usarlo para ayudar a financiar mejoras en tu hogar, pagar parte de la educación universitaria de tus hijos o pagar deudas de tarjetas de crédito con tasas de interés más altas.
La deuda hipotecaria puede generar ganancias financieras
Cualquier deuda que tenga el potencial de generar ganancias financieras no debe considerarse deuda mala.
Sacar una hipoteca para comprar una casa a menudo resulta rentable para los propietarios.
Una casa es un activo, si bien puede dar miedo tener una deuda hipotecaria de $ 400,000, eso significaría también que tendrías un activo que vale casi la misma cantidad.
Ser propietario de una casa tiene el potencial de generar riqueza a largo plazo.
Si estas decidido a adquirir una deuda buena al comprar tu vivienda propia, cuenta con Credimejora.
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