En la actualidad, existen distintas alternativas para comprar una casa en México, tales como portales de bienes raíces o directamente con agentes inmobiliarios. Pero una de las opciones más seguras y rentables es la subasta hipotecaria.
Una subasta hipotecaria está diseñada para vender propiedades embargadas al precio que alguien esté dispuesto a pagar.
Este precio de venta final de una casa, podría considerarse una “ganga” o una oferta única e irrepetible en muchos casos, ya que las propiedades deben comprarse en efectivo, por lo que el grupo de compradores es limitado.
Si estás interesado en un remate hipotecario y no cuentas con el dinero suficiente, optar por un crédito de liquidez, puede ser la opción ideal para ti. Calcula aquí tu crédito en menos de 3 minutos.
Es importante destacar que todas las subastas hipotecarias están reguladas por la ley federal mexicana y como regla general, la propiedad se ofrece al mejor postor.
La subasta o remate hipotecario comienza cuando el subastador solicita una oferta inicial. Alguien responderá y en la mayoría de los casos será el banco el que inicie el procedimiento de ejecución hipotecaria.
El banco generalmente empezará la oferta por el monto final del fallo, que es el saldo pendiente del préstamo, más los costos de procesamiento del remate bancario. Actualmente, este tipo de inversión inmobiliaria, es la más segura y rentable en México.
Los beneficios de comprar una casa en una subasta o remate bancario es que puedes ampliar tus opciones y comprar con descuento.
Además, es posible que al momento de comprar una casa en remate bancario, enfrentes menos competencia en comparación con la compra tradicional.
Sin embargo, para ello, tendrás que enfrentarte con un grupo diferente de compradores potenciales, a menudo, inversores experimentados en subastas hipotecarias.
Ahora que ya conoces las ventajas de comprar una casa en subasta, es posible que te preguntes como una casa puede terminar siendo subastada, para ello existen dos formas:
Cuando un propietario no ha pagado la hipoteca durante al menos unos meses, la casa se pone en estado de mora y termina en una ejecución hipotecaria.
Cuando esto sucede, el banco le presenta al dueño un aviso de incumplimiento.
Para evitar que tu casa sea puesta en remate hipotecario, existen distintas alternativas como el refinanciamiento de crédito, ya que tendrás la oportunidad de reducir tu tasa de interés al conseguir mejores ofertas crediticias, entre otros.
Si el propietario no paga el saldo adeudado o renegocia la hipoteca con el prestamista, el banco puede poner la casa en subasta y obligar al propietario a salir por falta de pago. Estas subastas de ejecuciones hipotecarias están a cargo de fideicomisarios contratados por bancos.
Otra forma en que una casa termina siendo subastada, es cuando el propietario no paga los impuestos sobre la propiedad. En estos casos, es la autoridad fiscal no pagada, y no el banco, la que embarga la propiedad.
Evita que tu propiedad sea subastada y consigue un refinanciamiento de crédito hipotecario.