Si no estás conforme con el crédito hipotecario con el que cuentas actualmente, ya sea porque lo contrataste sin haber realizado una comparación con otras entidades crediticias o porque tu situación financiera cambió, puedes refinanciarlo para obtener una mejor tasa de interés, plazos más largos y mensualidades más bajas.
Un refinanciamiento es una operación por medio de la cual se cancela un crédito hipotecario y se contrata uno nuevo con mejores condiciones.
El mercado hipotecario se renueva constantemente, mejorando su oferta crediticia con tasas de interés cada vez más atractivas o mejores plazos, permitiendo refinanciar y mejorar así un préstamo.
Esto puede ser considerado como un doble beneficio, ya que mientras la tasa de interés sea menor, los pagos mensuales también se verán reducidos.
Recuerda que reducir tu tasa de interés se podrá lograr siempre y cuando la oferta bancaria lo permita.
La diferencia entre una tasa variable y una tasa fija, es que la variable va a depender de los cambios que se den en el mercado hipotecario.
Es decir, cuando las tasas de interés que ofrecen las distintas entidades financieras bajan, los intereses que pagas por tu crédito también bajarán.
Sin embargo, casi siempre ocurre que la tasa de interés se eleva, haciéndote pagar cantidades cada vez mayores por tu crédito.
Tener una tasa de interés fija te brinda la seguridad de que los precios de tu hipoteca no se irán elevando de forma anual.
Para hacer frente a situaciones económicas difíciles que se te hayan presentado, puedes solicitar un refinanciamiento que extienda la vida de tu crédito al alargar las mensualidades.
Esto significa que estarás pagando tu hipoteca durante más tiempo, pero los pagos serán por una cantidad menor, lo que te permitirá solventarlos cómodamente y sin preocupaciones.
Pagas en menos tiempo si tu capacidad económica ha mejorado con respecto al momento en el que contrataste tu crédito, puedes ajustar el monto de pago para terminar de pagarlo cuanto antes.
Algunos bancos cobran comisiones por realizar pagos adelantados, con ayuda de un refinanciamiento podrás ahorrarte dicho gasto y pagar tu crédito en menos años.
Con base en el valor acumulado de la vivienda, el refinanciamiento puede hacerte acreedor a un crédito mayor que el que te había sido otorgado la primera vez.
En este caso, se liquida tu deuda anterior y se te entrega la diferencia en efectivo.
Puedes utilizar este dinero para cualquier proyecto personal que tengas, como la compra de un carro o la remodelación de tu vivienda.
Un nuevo crédito otorgado por refinanciamiento puede ayudarte a liquidar otras deudas como tarjetas de crédito o préstamos bancarios, para que así solo tengas un pago mensual, el de la hipoteca.
Consolidar tu deuda de esta manera te ahorrará intereses y dolores de cabeza.
Si, por ejemplo, obtuviste tu crédito por medio del INFONAVIT y realizas un refinanciamiento con el banco en un momento en el que la tasa de interés se encuentre en su punto más bajo, puedes ahorrar de un 20% hasta un 40% de intereses en tu hipoteca.
Lo mismo ocurre al realizar una consolidación de deuda, ya que tendrás una única tasa de interés, en lugar de tener una diferente para cada préstamo que hayas solicitado.
Si tu capacidad de crédito ha mejorado o disminuido desde que adquiriste tu hipoteca, es un buen momento para realizar un refinanciamiento que te permite ajustar el pago a un monto que puedas solventar cómodamente, o bien, pagar tu hipoteca antes de lo pactado.
También se puede refinanciar una hipoteca cuando el mercado hipotecario ofrece tasas de interés más bajas que las que estaban vigentes al momento en el que obtuviste tu crédito.
Mantente al tanto de los cambios en las ofertas hipotecarias para que puedas aprovechar la mejor oportunidad para solicitar un refinanciamiento.
Antes de solicitar un refinanciamiento, identifica los costos que tu hipoteca te genera actualmente.
Es decir, intereses, comisiones y CAT (Costo anual total) para realizar una comparación con la oferta del mercado.
Por lo general, tu crédito deberá tener mínimo 6 meses de antigüedad para poder ser refinanciado.
Respecto a tu situación financiera, debes tener bien clara tu capacidad de pago actual para saber si podrás pagar una cantidad mayor o menor de la que pagas actualmente.
También es importante tener un buen historial crediticio manteniéndote al corriente con tus pagos, de lo contrario, es más probable recibir una respuesta negativa al querer solicitar un refinanciamiento.
Por último, verifica las especificaciones de tu contrato para asegurarte que puedes llevar a cabo este proceso.
Si ya comprobaste que eres elegible para realizar el trámite, pregunta por los requisitos que se necesitan en la institución en la que tienes contratada tu hipoteca.
Ten a la mano los documentos como acta de nacimiento, identificación oficial, el contrato de la hipoteca y otros comprobantes que con toda probabilidad te serán requeridos.
Ahora que ya sabes qué es un refinanciamiento y que se puede refinanciar una hipoteca, acércate a un asesor de Credimejora para que te ayude a evaluar tu situación y comparar tus opciones.
Con ayuda de expertos te será más fácil encontrar la opción de refinanciamiento que se adapte a tus necesidades para mejorar tu hipoteca actual.